El retrato es una de las disciplinas que pueden parecer más sencillas en fotografía, todo el mundo la práctica, pero no siempre es fácil salir airoso y no todo el mundo sabe como sacarle el máximo partido.
Veamos unos consejos que pueden sernos útiles a la hora de afrontar un retrato:
El enfoque es muy importante, así que intenta que el punto de enfoque siempre esté en el punto correcto. Por norma general, y a no ser que busquemos efectos creativos, este deberá estar siempre en la cara, y particularmente en los ojos. Intenta usar el enfoque puntual para tener controlado en todo momento donde esta enfocando la camara.
El objetivo que usemos también es muy importante: deberemos buscar objetivos luminosos y con buen desenfoque, ya que harán más llamativos los fondos. Usaremos aperturas pequeñas para conseguir menor profundidad de campo, como en la foto de cabecera. Respecto a la distancia focal, siempre funcionará mejor una focal larga para el desenfoque, por lo que siempre que podamos usaremos un teleobjetivo, mejor que un angular.
Si no tenemos un buen objetivo que genere un buen bokeh, al menos intenta que el fondo no distraiga más de la cuenta. Busca fondos neutros o uniformes e intenta que nada distraiga la atención del verdadero foco de atención: el fotografiado. Por supuesto, si tenemos un fondo bonito, podemos utilizarlo, cerrando un poco el diafragma para que tome algo de protagonismo, pero intenta que no sea más llamativo que la persona.
Por último intenta ser natural en los retoques. En los retratos, a veces se peca de editar las fotos con un exceso de suavizado en la piel, o corrigiendo demasiado las imperfecciones. Si eres manitas con Photoshop o Lightroom puedes hacerlo, pero es preferible que el retrato quede natural a que quede poco creible. Y no te olvides de probar el blanco y negro, el retrato es una de las mejores disciplinas para ello.